martes, 28 de marzo de 2017

Déjame

Llegaste, no sé cómo, y decidiste quedarte, no sé por qué.
Y yo muerta de miedo y de amor, te lo permití.
Aún sabiendo que ibas a ser mi perdición.
Porque ya lo sabía sin apenas conocerte.

No me prometiste nada
Pero yo decidí por las dos.
Y en ese momento sabía que había caído
Tanto tiempo huyendo para que en dos segundos tú arrasaras con todo.

Mi bendita perdición.

Susurras en mi oído cada palabra que me escribes
Me creo inmortal con cada mirada que me regalas
Y no hago otra cosa que desear acariciar tu cuerpo cada segundo
Como si de verdad fuese para mí
Como si tú quisieras
Como si no fuera sólo una absurda idea de este corazón al que aceleraste sin querer.

Es imposible sacarte de mi mente
Aunque ya no lo intento
Me hace feliz la idea de tenerte
Pese a que sé que tú y yo jamás iremos en la misma frase.

Déjame que te sueñe
Déjame escribirte que el mundo sin ti no tiene sentido
Y que te quiero
Déjame hacerlo
Sin esperar un te quiero de vuelta
Pero déjame.

Déjame que nos imagine en mi cama
En cualquier parque de la mano
Mirando al cielo de noche
Y contarte que allí entre la luna y la estrella que más brilla
Estamos tú y yo.
Porque eres todo mi universo

Déjame que te siga esperando
Sabiendo que nunca vas a llegar
Que saboree tus besos como si fueran míos y no de otras
Que te abrace como si la vida terminase ahí
Que coja tu mano y la pose en mi pecho
Para que sepas cómo haces latir mi corazón.

Déjame.
Pero no te vayas nunca.