Echo de menos.
Echo de menos su sonrisa, sus ojos, su pelo. Echo de menos su voz, su risa. Agarrar fuerte sus manos y sentir que todo lo malo ya no lo era. Echo de menos hablar, o no hablar. Estar a su lado, y reírnos. Por nada. Por todo. Echo de menos los abrazos, los reencuentros, las despedidas. Echo de menos llorar a su lado. El apoyo, el consuelo, la tranquilidad de su presencia. Echo de menos todo. Y todo ya no está.
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